Las alfombras turcas son legendarias por su calidad. Desde kilim hasta anudados a mano, están muy bien hechos, especialmente cuando están tejidos a mano, como los que curamos. Conocidos por sus patrones intrincados y tejidos apretados y resistentes, lo que comenzó como una comodidad cotidiana hecha en casa finalmente se convirtió en una industria robusta, que encarna una expresión artística profunda de la cultura turca.